
En un contexto en el que la inteligencia artificial ya no es solo una promesa tecnológica, sino una herramienta cotidiana, la evolución de ChatGPT ha marcado un antes y un después en la manera en que estudiantes, profesionales y organizaciones abordan sus tareas diarias.
Esta transformación permite que más personas puedan acceder a soluciones ágiles, acompañamiento en procesos de análisis crítico y apoyo en la toma de decisiones informadas.
Desde su lanzamiento en 2022, ChatGPT ha pasado de ser un modelo de lenguaje básico a un asistente conversacional altamente avanzado. Gracias a mejoras en su arquitectura, comprensión contextual y capacidad de integración con otras herramientas, hoy ofrece un soporte mucho más robusto para procesos educativos, técnicos, empresariales y de innovación.
“Estamos frente a una tecnología que no solo responde preguntas, sino que acompaña a las personas en su razonamiento, potencia su productividad y abre la puerta a una nueva era de interacción”, explicó José Andrés Fernández Marmolejo, coordinador de la Comisión de Inteligencia Artificial del CPIC.
De conversaciones simples a razonamiento avanzado
Las primeras versiones de ChatGPT se centraban en interacciones sencillas y generación de texto. Las versiones actuales —como GPT-4.5 y GPT-5 (7 de agosto de 2025)— incorporan avances que convierten a ChatGPT en un copiloto inteligente para aprendizaje y trabajo:
- Razonamiento avanzado (lógico y simbólico): evalúa múltiples hipótesis, explica paso a paso e identifica relaciones complejas en grandes volúmenes de información.
- Comprensión multimodal expandida: integra texto, voz, código, imágenes y documentos en una sola conversación, habilitando análisis cruzado y contexto unificado.
- Interactividad y ejecución de tareas externas: genera gráficos, consulta bases de datos o interactúa con APIs, acelerando automatización, programación, análisis de datos y redacción técnica.
- Personalización y gobernanza ética sólidas:
- Privacidad y PII: controles de no exposición, anonimización y retención configurable.
- Seguridad de contenido: detección/bloqueo de abuso, malware y material sensible, con respuestas graduadas y advertencias.
- Equidad y sesgo: auditorías periódicas, evaluación por subpoblaciones y “humano en el circuito” en decisiones sensibles.
- Transparencia y trazabilidad: señales de procedencia, referencias cuando aplica y registros de actividad para cumplimiento.
- Controles organizacionales: políticas por rol y soporte a marcos regulatorios (p. ej., Ley 8968 en Costa Rica, GDPR, LGPD).




