
La relación entre las personas y los perros va mucho más allá de la compañía: tiene un impacto directo y positivo en la salud mental, emocional y física. Así lo respaldan numerosos estudios internacionales y experiencias clínicas que demuestran cómo el contacto con perros puede reducir la ansiedad, fortalecer el sistema inmune y mejorar la calidad de vida en distintas etapas de la vida.
Interactuar con un perro, acariciarlo, jugar, pasear o simplemente compartir espacio, estimula la liberación de neurotransmisores clave como la oxitocina, conocida como “la hormona del amor”, que incrementa la confianza, el apego y la sensación de seguridad.
A su vez, la serotonina y la dopamina favorecen el buen estado de ánimo, regulan el sueño y la motivación, y actúan como moduladores frente al estrés o la tristeza. Las endorfinas, por su parte, operan como analgésicos naturales, aliviando el dolor físico y emocional. Todo esto se traduce en una disminución real de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que al mantenerse controlada beneficia el sistema cardiovascular y el sistema inmunológico.
En términos físicos, los beneficios son igualmente evidentes: las personas que conviven con perros realizan más actividad física diaria, tienen menor presión arterial, niveles más bajos de colesterol y mejor calidad del sueño. En personas adultas mayores, tener un perro ha mostrado efectos positivos en la prevención del sedentarismo, la obesidad, la hipertensión y el aislamiento social. En niños, la convivencia con perros en el hogar se asocia con menos episodios de infecciones respiratorias y otitis, la cual es infección del oído.
Un enfoque innovador para la salud emocional
La Terapia Asistida con Animales (TAA) es una modalidad terapéutica respaldada por la ciencia, en la que un perro adiestrado participa activamente en sesiones guiadas por profesionales de la salud o la educación. Este enfoque se ha implementado en contextos tan diversos como procesos de duelo, tratamiento de la ansiedad y la depresión, rehabilitación física, y acompañamiento a personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
